viernes, 3 de julio de 2009

REPUDIO AL GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS

Los Jóvenes Radicales Socialdemócratas de la Provincia de Buenos Aires queremos manifestar nuestro más enérgico repudio al golpe de estado perpetrado en el hermano país de Honduras.

La alianza entre sectores políticos corruptos, grupos económicos y el poder militar, tiene por fin alterar el orden constitucional que legítimamente consagró al Presidente Zelaya como jefe del estado hondureño.

El hecho de que reaparezca en escena el fantasma dictatorial en América Latina debe ser motivo suficiente para movilizar a la sociedad en defensa del estado de derecho y el imperio de la legalidad.

En ese sentido, entendemos que los partidos políticos de nuestras democracias representativas, tienen un rol fundamental. Como pilares fundamentales del sistema democrático, deben ser los partidos los que junto a los estados nacionales sustenten la vigencia del orden constitucional, y arbitren todas las acciones necesarias para conminar a que depongan su accionar los que pretenden por la fuerza soslayar la voluntad popular del pueblo de Honduras.

Debe ser esa la responsabilidad de las instituciones de la democracia, y una vez más, la Unión Cívica Radical, aún desde el rol opositor, debe ser protagonista en la lucha contra levantamientos armados en el Cono Sur. Constituyendo una causa común que abarca a todo el espectro político y social de América Latina, queremos expresar el profundo acompañamiento que desde la Juventud Radical Socialdemócrata transmitimos a la Sra. Presidenta de la Nación, Dra. Cristina Fernández de Kirchner a fin de que pueda concretar su presencia en el territorio de Honduras, y colabore en el inmediato retorno del Presidente Zelaya al poder, como única solución al momento crítico que actualmente vive el pueblo hondureño.

Asimismo, creemos sumamente indispensable que las autoridades partidarias de la Unión Cívica Radical y el conjunto de los espacios políticos argentinos se expidan enérgicamente al respecto, y dejando a un lado las diferencias propias de la coyuntura de la política y el sano disenso que nos asegura la democracia, acompañen las acciones que desde el Estado Argentino tiendan a reestablecer el orden constitucional en el país vecino, y el debido castigo a los responsables conforme las leyes y tribunales hondureños.


Hace tan solo días, la República Argentina fue protagonista de una jornada cívica ejemplar, donde más allá de los resultados, el pueblo pudo expresarse a través de las urnas y elegir a sus representantes. Sin embargo, esta jornada se vio opacada por los hechos de Honduras; y parece que aún hoy no todos dimensionan la gravedad de tales acontecimientos.

Llama la atención ver a comunicadoras de la democracia repudiar la presencia de la Presidenta en Honduras (aunque esas comunicadoras de la democracia también hayan “almorzado” con los protagonistas más nefastos de la historia oscura más reciente de los argentinos) , y más aún a representantes electos democráticamente tratar el hecho con total displicencia, asintiendo sin tapujos los dichos de la conductora.

Es nuestra obligación moral repudiar estas expresiones, y concientizar y movilizar a la ciudadanía respecto de la gravedad de la interrupción de la democracia hondureña, teniendo presente que tal como ocurrió durante el gobierno del Dr. Alfonsín en su activa participación por el restablecimiento de la democracia nicaragüense, si todas las organizaciones políticas, sociales y el conjunto de las expresiones populares acompañan masivamente el accionar del Gobierno Argentino en el resguardo de las democracias de la región, estamos previendo el intervencionismo militar futuro en todo el continente americano.